Cuando el común de la gente solo está atenta por estos días al Mundial de Futbol, en la economía siguen pasando cosas, y hay noticias que pasan más inadvertidas por estos días…
Despues de 20 horas de debate los legisladores estadounidenses lograron ponerse de acuerdo para aprobar una ley que redefinirá los mercados financieros del país durante décadas, lo que supone la mayor reforma financiera desde 1930.
Los detalles de la reforma que se consensuó anoche entre Casa Blanca, Tesoro, Cámara de Representantes y Senado serán presentados por Barack Obama en la reunión del G-20.
La reforma sería aprobada el 4 de julio próximo.
La legislación en su conjunto afectará a todos los aspectos del sector de servicios financieros, fijando nuevas reglas para los préstamos hipotecarios, imponiendo el riesgo que los bancos deben mantener en sus balances cuando empaquetan préstamos y dando a los accionistas votos no vinculantes en el pago a los ejecutivos.
La reforma dará poder a la Fed para supervisar a las entidades financieras más grandes y complejas, y entronca con la creación del Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera.
Establecería una nueva estructura para intervenir entidades que supongan un riesgo para la economía en su conjunto, permitiendo al Tesoro suministrar fondos para cubrir los costes de la intervención de la entidad. El Gobierno tendría que establecer un plan de devoluciones antes de cualquier intervención, y el dinero se recuperaría de los activos de las entidades fallidas, acreedores y de las tasas recaudadas a grandes entidades financieras con más de US$50.000 millones en activos.
Otras provisiones incluidas en la legislación son un permanente incremento de los depósitos asegurados por el Gobierno federal, y la obligación a fondos de cobertura y fondos de alto riesgo para que se registren en la Comisión de Bolsa y Valores, entre otras medidas. Los legisladores también trataron de modernizar el sector de calificación de crédito, estableciendo una nueva agencia de calificación cuasigubernamental en línea con un informe elaborado por la SEC.
Resumamos los principales puntos de la reforma:
– Control del ‘proprietary trading’:
Los legisladores acordaron permitir a la banca hacer inversiones de no más del 3% del ratio Core Tier 1 en fondos de capital riesgo y fondos de cobertura. Este principio, llamado Ley Volcker, pretendía prohibir el proprietary trading a los bancos, pero finalmente se le establecerá el límite indicado.
– Regulación mercado de derivados:
El mayor debate se dio sobre la regulación del mercado de derivados, que mueve unos 615 billones de dólares. Lo que se ha acordado es la obligación de que los bancos traspasen parte de sus operaciones con derivados a sus subsidiarias. Consideran que el riesgo para el contribuyente se diluye si estas operaciones ya no se hacen desde un depositario que cuente con respaldo del Gobierno.
– Reserva Federal:
La nueva legislación creará un nuevo regulador para proteger al consumidor dentro de la Reserva Federal que se encargará supervisar a los bancos y empresas de servicios financieros en cuanto al negocio hipotecario y de tarjetas de crédito.
– Consejo de Supervisión para la estabilidad financiera:
Dentro de la reforma también se creará el Financial Stability Oversight Council (Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera), un superregulador que vigilará a las grandes firmas de Wall Street y otros actores del mercado para controlar y responder a los riesgos sistémicos. Estará controlado por el Departamento del Tesoro, con miembros de otras instituciones como la Fed o la SEC.
El consejo de este supervisor podrá imponer mayores requerimientos de capital a las entidades o podrá decidir poner a brokers o hedge funds bajo la autoridad de la Fed. Además, podrá forzar a las compañía a realizar desinversiones si su estructura supone una “grave amenaza” a la estabilidad financiera.