- Faltan por contabilizar más de 10.000 millones del rescate a la banca
- El déficit debería cerrar en el entorno del 10% del PIB, pese la suspensión de la paga extra de funcionarios y la congelacón de las pensiones
- El contribuyente tendrá que pagar los préstamos a la banca, a 30 de septiembre el Gobierno ya había dado por perdidos 10.945 millones
Finalmente los préstamos a la banca –39.468 millones– han pasado a engrosar la cada vez más abultada carga de deuda pública que pesa sobre el Tesoro. Aunque el Gobierno jure una y otra vez que los contribuyentes ganarán dinero con estos préstamos es más que evidente que la situación del sector financiero, con unas enormes carteras de préstamos dudosos o quasi-dudosos, es tan crítica que finalmente no podrán devolver nada o casi nada de todo esto. Recordemos que lo mismo decía ZP del dinero del FROB y a 30 de septiembre el Gobierno ya había dado por perdidos 10.945 millones (pág. 257 del boletín económico del Banco de España).
Lo que es mucho peor, este préstamo con seguridad no es sino el primero de muchos, porque según se deteriora la economía, aumenta el paro y bajan los beneficios empresariales cada vez más préstamos de los bancos van entrando en mora. En cualquier caso, fue en el año 2009 cuando el Gobierno firmó la sentencia en nombre del contribuyente español al ofrecerse para avalar las emisiones de deuda de las cajas, que, si no, hubieran quebrado de inmediato en ese mismo año ya que eran incapaces de poder renovar los inmensos préstamos que estaban venciendo.
Una vez que en 2012 la situación de quiebra ya no se puede esconder más, ¿qué puede hacerse sino rescatar a las cajas, ya que si no los acreedores irán por el avalista, es decir, el contribuyente español? En el gráfico vemos la evolución de la deuda de la administración central, con el aumento exponencial de la deuda, sobre todo en los plazos medios (bonos) y largos (obligaciones).
Desde luego, no es de extrañar que el dinero pagado por intereses esté adoptando la forma de una parábola, con un aumento cada vez más rápido de éstos, que es lo que vemos en el siguiente gráfico. Aún así observamos que los pagos por intereses son poco mayores –todavía– que en el año 2000. Aunque no debemos olvidar que ahora el porcentaje de deuda en manos de extranjeros (y por lo tanto los intereses que salen de España) es mayor que entonces.
Aun sin contar con el préstamo a la banca, cuyo único punto positivo es que es a un interés muy bajo, la administración central se hubiera endeudado en 2.312 millones más que en 2011, lo que coincide con los datos disponibles de déficit para el conjunto de las administraciones públicas a 30 de septiembre, que mostraban un incremento del déficit para los tres primeros trimestres de 4.153 millones. Aunque los gastos de las administraciones públicas se redujeron en unos 9.000 millones en el cuarto trimestre debido a que los empleados públicos no han cobrado la paga extra de diciembre por un lado (más de 8.000 millones) y a que, por otro, no se ha revalorizado ninguna pensión (855 millones en diciembre de 2011).
Según el propio Gobierno faltan por contabilizar más de 10.000 millones del rescate a la banca, ya que de los más de 20.000 millones que estiman que irán a déficit, a fecha 30 de septiembre sólo se han contabilizado 9.963 millones, según informaba el INE hace pocos días. No se entiende, pues, cómo puede el Gobierno seguir insistiendo en que el déficit se va a reducir cuando por los datos disponibles, éste debería cerrar, incluyendo el dinero metido en la banca a fondo perdido, en el entorno del 10% del PIB, es decir, unas cinco décimas por encima del de 2011. A no ser que algún milagro de ingeniería contable surta efecto.
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