Cómo nos distrajo Florentino mientras planeaba asaltar una empresa alemana

Florentino Pérez y la constructora que preside, ACS, siguen inmersos en su verano más caliente. Tras vender un 15,5% de Abertis al fondo CVC y deshacerse de su división de puertos en España, hoy la compañía ha confirmado su OPA sobre el 70% que no controla de Hochtief, la mayor constructora alemana.


Al mercado le ha pillado la noticia con el pie cambiado porque tenía la mirada puesta en otro frente. Se trata de la guerra que mantiene Florentino Pérez con Ignacio Sánchez Galán por el control de Iberdrola, donde actualmente tiene el 12,13% y que, presuntamente, debería verse recrudecido con los fondos obtenidos por ACS en sus dos últimas ventas.

La jugada del también presidente del Real Madrid ha sido maestra. Ha distraído el foco hacia la eléctrica mientras planeaba comprar la principal constructora de Alemania.

De hecho, los expertos creen que la operación es muy positiva para la compañía española. “Es una sorprendente y buena noticia que ACS quiera dirigir su actividad hacia el negocio alemán”, señala Jorge Lage, de CM Capital Markets.

Mientras, Nuria Álvarez, de Renta 4, explica que “este movimiento de la compañía es más positivo que aumentar su participación en Iberdrola».

Hay varias razones explican el aprobado generalizado de la operación en el mercado. Primero, porque ACS aumentará su diversificación geográfica y sus áreas de negocio -y además, lo hará nada menos que en Alemania, la locomotora de Europa-.

Segundo, porque al incluir una compañía como Hochtief en el grupo reducirá el peso del negocio español –algo importante teniendo en cuenta que en España la construcción sigue teniendo problemas- y, por último, porque la firma alemana tiene muy poca deuda. Por ello, no sólo aumentará su negocio, sino que además reducirá su ratio de apalancamiento –es decir, su deuda-.

Según las palabras del propio Florentino Pérez, “la consolidación sera beneficiosa tanto para ACS como para Hochtief. Conjuntamente, seremos el mayor grupo de infraestructuras del mundo occidental, con una sólida presencia en todos los continentes y una implantación única en los mercados emergentes. Ambas compañías no sólo tendrán acceso a los mercados geográficos de la otra, si no que se beneficiarán de economías de escala, mejorando así su posición competitiva.”

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