Es posible que estos días de la cuesta de enero, cuando empezamos a hacer balance del gasto en Navidades y en Reyes, nos demos cuenta de que a pesar de habernos apretado el cinturón, nos hemos pasado con la tarjeta de crédito. Es en este momento, quizá, cuando ponemos más atención a esos anuncios que pueblan las emisoras financieras, prometiéndonos rebajar las cuotas y mejorar las condiciones de nuestros créditos actuales. Suena a gloria, pero tenga cuidado.
Cuando hablamos de reunificación o consolidación de las deudas, hacemos referencia a un tipo de operación financiera que puede ser solicitada por cualquier tipo de trabajadores, sea por cuenta ajena como autónomos, sin que existan grandes diferencias en su tramitación. Lo que sí es requisito para ambos, es ser propietario de una vivienda pues la hipoteca es el crédito con el que suelen actuar estas agencias de reunificación de deudas, que además nos pueden incluso ampliar el crédito. Lo que ocurre con la reunificación de deudas es que todos los gastos que hay que cubrir en un mes se conviertan en uno sólo. Claro está, se unifican todas las deudas en un sólo préstamo hipotecario.
De esta manera, los que estén en problemas financieros podrán sustituir sus préstamos personales al 9% o créditos rápidos que pueden alcanzar el 20%, por un único préstamo hipotecario a un tipo de interés mucho menor aunque a mayor plazo de amortización.
Peligros a tener en cuenta
Existen al menos 4 peligros a considerar cuando planteamos realizar una reunificación de deudas:
- Se paga menos dinero al mes, esto es cierto pero se abonarán más cantidad de intereses a largo plazo. Lo que hacemos es alargar la vida de los créditos, y así terminamos abonando más intereses con lo que la deuda se hace más grande.
- Es una operación algo costosa. Es importante valorar bien que estamos frente a una operación financiera costosa que implica una serie de gastos: costes de tramitación y formalización; los créditos que se cancelan suelen aplicar comisiones o penalizaciones por cancelaciones anticipadas; modificaciones en la hipoteca acarrean gastos de notaría, registro e impuestos; y la apertura de una nueva hipoteca conlleva también comisiones y desembolsos.
- Actualmente las entidades no son amigas de las reunificaciones de deudas. Acudir a la entidad para negociar es siempre una buena opción a valorar, siempre que se conozca bien el mercado financiero. Si no, lo mejor es acudir a un intermediario financiero. Ahora bien, si recurre al intermediario financiero es recomendable asesorarse bien sobre el tipo de comisiones que cobran que rondan entre el 3% y el 5% del importe de la operación.
- En el caso de que acuda al capital privado cuente con asesoramiento profesional. Si el banco no le reunifica su deuda, sepa que existen empresas de capital privado que se dedican a ello. En caso de acudir al capital privado para la reunificación de deudas se aconseja contar con asesoramiento, bien con un abogado o un profesional financiero. Ni hablar de los costos que aquí se irán por las nubes.
Tenga entonces en cuenta siempre estos 4 factores que mencionamos antes de lanzarse por reunificar sus deudas. Recuerde que pagará menos mensualmente pero por mucho más tiempo. Su deuda aumentará y no es evidente que sea más simple abordarla.
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