La insistencia de los diarios alemanes en que la UE prepara un plan de recate para España ha llevado la pregunta a la primera plana de la prensa nacional y de los principales blogs de economía. ¿Verdad o conspiración alemana? Desde el Ejecutivo español ya se han apresurado a desmentir esta posibilidad, algo que también han ratificado desde Bruselas e incluso desde Alemania.
Lo peor de todo es que estas especulaciones coinciden con un informe del Banco Central Europeo (BCE) que desvela que en mayo las entidades españolas solicitaron 85.618 millones de euros en las subastas de liquidez del BCE, un 15% más que el mes pasado y su máximo histórico. Este capital supone además el 16,5% del total subastado por el organismo comunitario. Es decir, que los datos avalan la débil situación de las entidades de crédito nacionales.
Por si fuera poco, Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Econonómicos, hace público lo que muchos piensan desde hace tiempo, que el fondo de rescate europeo se creó «pensando fundamentalmente en España», mientras que desde BBVA su presidente, Francisco González, habla ya de las dificultades de las entidades y empresas españolas para financiarse en el exterior.
Pero respondiendo a la pregunta sobre si el rescate es inminente o si se trata sólo de una conspiración, la verdad es que ni lo uno ni lo otro. Alemania protege sus intereses, como ha echo siempre, y nada parece indicar que la Unión Europea se plantee entrar en España más allá de la intervención ‘de facto’ a la que ya ha sometido al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Precisamente esta intervención es lo que ha motivado los recientes recortes en el gasto público , la anunciada subida de impuestos y la decisión de acometer la reforma laboral cuanto antes e incluso sin el apoyo de patronal y sindicatos.
El Gobierno tiene ahora mismo un margen de maniobra muy limitado o casi nulo y está siendo la CE quien dicta el camino a seguir. La UE no puede permitirse la quiebra de España o más noticias negativas que empeoren la situación. Una cosa es la crisis griega y otra bien diferente la caída de la que hasta hace poco era la novena potencia económica mundial. Por el momento, España se enfrenta en junio a un mes clave con importantes colocaciones de deuda, que serán el mejor termómetro para saber qué opinan el mercado y los inversores de nuestra situación.