El precio del oro se ha disparado las últimas semanas, lo que ha supuesto alcanzar las cotas más altas de los últimos 3 meses, ¿cómo se explica este aumento?
A la crisis geopolítica en Ucrania se le ha sumado la crisis en Irak. Pero más allá de estos conflictos, la clave ha estado en las consecuencias de las estimaciones a la baja del crecimiento de la economía norteamericana. Mientras que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) anunció un recorte de 10.000 millones, el Banco Central americano comunicaba que mantendrá las tasas a la baja durante un tiempo considerable, y por su parte, la FED actualizaba sus previsiones de crecimiento a la baja también. Y es que aunque China intenta hacerse con el control del mercado del oro, EE.UU sigue siendo quién marca el ritmo de su precio. De hecho, el crecimiento producido durante el mes de junio se ha visto ligeramente frenado por la recuperación en las últimas jornadas de la cotización del dólar.
Y en este contexto los inversores aguardan expectantes ante una fecha marcada en rojo en el calendario. El Consejo Mundial del Oro (WGC), organización que comprende a las compañías mineras de oro más grandes del mundo, reformará la fijación del precio del oro, un proceso con más de un siglo de antigüedad. El primer asalto será hoy, 7 de julio.
A la cita acuden compañías mineras, bancos centrales y operadores del mercado para estudiar los cambios que están sobre la mesa. Además, sentada a esa mesa, como observador junto con otros supervisores mundiales, está también la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (ACF). La crisis financiera ha cambiando el mercado como lo conocíamos, y parece que algo que se estableció hace un siglo, de poco puede servir en la actualidad. Pero sin embargo, no hablamos de cualquier tipo de inversión, no, hablamos de oro, uno de los pilares financieros del mercado internacional, por lo que cualquier decisión, por mínima que sea, tendrá un impacto directo en las bolsas de todo el mundo.
Así, ya sea por conflictos geopolíticos como Irak o Ucrania, o por la anunciada mala situación de la económica estadounidense y cambios en el WGC, los inversores miran hacia arriba, a la barrera de los 1.400 dólares por onza, mientras que en mayo miraban hacia el suelo de los 1.200 dólares. La lectura es clara. La inversión en oro no debe ser especulativa en ningún caso, ni debe verse como una inversión con beneficios a corto plazo. Es por ello, que su compra debe programarse en el tiempo, para adquirirlo a un precio medio, que no volatilice la cartera de inversión y pueda cumplir así la principal de sus funciones, proteger el patrimonio del inversor ante un mercado financiero inestable como el actual.
Artículo de Lizette Paternina, directora general de Lingoro.com