No es humo. Es una sacudida real. El lanzamiento de Sora, el nuevo modelo de OpenAI capaz de generar vídeos a partir de texto, ha puesto el foco directamente en uno de los sectores más calientes del momento: el vídeo generativo por inteligencia artificial. Y como suele pasar, cuando una gran tecnológica mueve ficha, el resto del tablero se altera. Sobre todo, si hablamos de startups que estaban construyendo en esta dirección y ahora ven cómo el terreno se acelera (y se encarece).
Si estás montando algo en este sector, o estás pensando en invertir en él, esto te interesa. Porque lo que ha pasado con Sora no es solo una evolución técnica, es un mensaje claro para el mercado: esto va en serio.
¿Qué es Sora y por qué lo cambia todo?
Sora no es la típica herramienta de IA con la que haces una animación mediocre. Esto es otro nivel. Se trata de un modelo generativo capaz de crear vídeos de hasta un minuto de duración a partir de descripciones textuales. Y no cualquier vídeo: estamos hablando de calidad casi cinematográfica, con escenas complejas, profundidad de campo, movimientos de cámara… cosas que hasta hace nada eran impensables con una IA.
Lo realmente potente de Sora es que, además de la calidad visual, entiende el lenguaje con precisión, y puede plasmar acciones, estilos visuales, movimientos e incluso emociones en lo que genera. No hablamos de una herramienta de edición, sino de un sistema que genera desde cero. Y esto, claro, pone patas arriba a todos los que estaban intentando crear productos en esta línea.
Pero, lejos de asustar, el lanzamiento ha servido como catalizador. El interés se ha disparado. La sensación de que esta tecnología no es una promesa de futuro, sino un presente tangible,[…]Leer noticia completa en la fuente original