Los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro están todavía lejos pero entre la Copa Confederaciones, los disturbios en Brasil y la visita del Comité Olímpico Internacional (COI) a Madrid en relación a los JJ.OO. de 2020 se han vuelto a poner de relieve.
La visita del COI ha alabado la candidatura española, a la que, como es lógico, consideran mucho más preparada que en 2012 y 2016. El organismo internacional ha explicado los puntos en los que debe mejorar Madrid y las inversiones que debería acometer en caso de ser seleccionada como la sede de los JJ.OO. 2020. Entre las inversiones que todavía tendría que realizar figuran los 355 millones de dólares relacionadas con las siete instalaciones temporales que todavía debería construir con fines deportivos y los 835 millones de la futura Villa Olímpica de los cuáles 279 millones de dólares los pagaría la administración pública y 479 vendrían de parte de inversión privada relacionados con la parte residencial de los edificios. A esto hay que añadir 470 millones de metros para transportes y eso pese a que el COI reconoce que Madrid lleva 20 años invirtiendo en infraestructuras, lo que aligera mucho sus deberes en este apartado para la candidatura de Madrid 2020.
En total, la inversión pendiente en inslataciones deportivas y transporte público asciende a 1,940 millones de dólares, según el presupuesto de Madrid 2020 validado por el COI. Ante esta cifra sólo queda plantear dos cuestiones: ¿Qué gasto supone organizar unos Juegos Olímpicos? y, sobre todo, ¿Es rentable organizar unos Juegos Olímpicos?
La primera pregunta se puede responder con el siguiente gráfico cortesía de Perpe que refleja la inversión en cada una de las últimas sedes de los JJ.OO. incluida Rió de Janeiro 2016.
La segunda es algo más complicada de responder. En el caso de Barcelona, desde 20Minutos cifran en 6.728 millones de euros el coste de los Juegos de 1992. El impacto económico del evento ascendió a 18.678 millones de euros, ya que dinamizó el turismo y sirvió para remodelar la ciudad, entre otras cosas.
Sin embargo, en el caso de Antenas 2004 el negocio fue ruinoso y de hecho hay quienes culpan a los Juegos del posterior desastre económico de Grecia. La siguiente infografía muestra los elementos a través de los cuáles se pueden rentabilizar unos JJ.OO. y el resultado de las últimas ediciones en función de los mismos.
Lo que parece claro es que unos Juegos Olímpicos deberían ser rentables pero siempre lo serán más para las ciudades que realmente necesiten cierta inversión en infraestructuras o no tengan desarrollado el turismo y puedan valerse de un evento de estas características para lograrlo.