En España, los salarios se actualizan anualmente por la prevision del IPC lanzada en los Presupuestos Generales del año. Esta actualización se realiza en enero de cada año e intenta cubrir de esa forma la pérdida del poder adquisitivo del salario del trabajador que deviene de la IPC Blogque se producirá ese año.
Hasta aquí, nada nuevo, pero la noticia que anda dando vueltas es que el titular de la UGT, Cándido Mendez, ha abierto la puerta para terminar con este sistema de dudosa efectividad.
Para revisar los salarios se suele utilizar el objetivo de IPC para el año y suele ocurrir que el dato final difiere de esas estimaciones, generalmente al alza. Este no ha sido el caso el 2008, cuando la previsión era del 2% y la inflación finalmente ha sido del 1,4%. Pero en el resto del tiempo, siempre el alza del IPC era mayor a la previsión realizada el año anterior. Sin ir más lejos, miremos el datos del IPC Abril 2011.
El IPC Abril 2011, cuyos datos han sido informados por el INE hace unas pocas horas, muestra una evolución del Indice de Precios al Consumidor muy por encima de lo que habia sido previsto por el Banco de España, en consonancia con la previsión europea. Aquí, el dato real interanual ha ascendido hasta el 3,8%, la inflación más alta en 4 años, mientras que la previsión es casi la mitad: 2%.
En abril, la tasa de variación mensual del IPC general es del 1,2%, la más alta desde octubre de 2007. Los elementos que más contribuyeron a la escalada inflacionista fueron vestido y calzado (cuyos precios se dispararon un 9,6%), el transporte (un 1% más) y ocio y cultura (con una subida del 1,5%).
Ahora bien. La Ley de Presupuestos Generales del Estado 2011 da cuenta de que el 1% será porcentaje que de forma general se utilizará para actualizar los salarios en 2011 siempre que el convenio colectivo no marque un porcentaje diferente. Y aquí es cuando notamos que existe una diferencia entre la inflación y la actualización de salarios que es muy nociva para el trabajador.
En este sentido, el trabajador pierde año a año poder adquisitivo en manos de la inflación. Pero en una economía en virtual recesión o, al menos, sin crecimiento, y con una tasa de paro en niveles nunca antes vistos, no es momento para presiones sindicales ni laborales.
A pesar de ello, los sindicatos recordaron que sigue vigente el acuerdo de moderación salarial que suscribieron el año pasado con la patronal para el trienio 2010-2012 (que piensan cumplir) y que sería a partir de entonces, en 2013, cuando afrontarían la discusión con la patronal sobre un nuevo modelo de fijar las retribuciones.
El mejor modelo para fijar los aumentos salariales es el de productividad, aunque sin dejar de lado el componente inflacionario. Así, una combinación de ambos sistemas sería la mejor opcion tanto para trabajadores como para empresas, ya que la mayor productividad generaría mayores ganancias para la misma. Eso sí, no es tan fácil como decirlo.
¿Que es la productividad? En términos generales, a la productividad puede entenderse como la relación entre los bienes o servicios que se producen y los recursos que se utilizan. Ahora bien. El nivel de productividad no deja de ser un numero sumamente objetivo, que debe ser objeto de una negociación entre empleado y empleador.
En areas comerciales o «tangibles», la productividad se puede medir por llegar a conseguir objetivos de venta o de producción determinados. Las fórmulas de medir el desempeño de los empleados puede ser, o bien de forma colectiva, o bien individual, es decir, por resultados globales de la corporación o por lo que logra cada trabajado. Sin embargo, hay areas de la empresa donde la productividad no es tan fácil de medir y no se sabe a ciencia cierta cuanto de ese staff ha aportado para tal o cual objetivo.
En definitiva. Parece imprescindible un cambio en la forma de retribución al empleado, sobre todo en las grandes corporaciones. Sin embargo, esto traerá conflictos que deben ser solucionados con negociaciones empleado-empleador. Hasta 2013 hay tiempo para ir preparando el terreno.