Depósitos indexados: la nueva tendencia para que tu ahorro siga la inflación

Seguro que te suena la expresión “indexados” cuando hablamos de fondos o índices bursátiles, pero ¿se puede aplicar eso a un depósito bancario? La idea pinta bien: tener un depósito que suba al ritmo del IPC o de los precios, para que tus ahorros no pierdan valor con el paso del tiempo. Hoy vamos a desgranar si existe eso de los depósitos indexados, cuánto pueden ayudar frente a la inflación y los riesgos que conllevan.

Cómo funcionan (o deberían) los depósitos indexados

Un depósito tradicional paga un interés fijo o variable que pactas de antemano. Pero si ese interés es fijo y la inflación se dispara, corres el riesgo de que ese “rendimiento” quede en negativo en términos reales. Al descontar inflación, muchas veces el tipo nominal ya no basta para conservar el poder adquisitivo. De hecho, el tipo de interés real se calcula como tipo nominal menos inflación.

Un depósito indexado intentaría atar el interés del depósito a un indicador de precios, como el IPC o un índice armonizado, para que el rendimiento nominal se ajuste automáticamente. En España no abundan productos con esa fórmula pura. Lo más parecido hoy son cuentas remuneradas indexadas que se ligan al tipo de depósito del Banco Central Europeo, restándole un porcentaje. Por ejemplo, recientemente Indexa Capital lanzó una cuenta remunerada indexada que paga un 1,5 % TAE, vinculada al tipo oficial del BCE menos 0,50 puntos. Esa es una opción cercana a lo que sería un “depósito indexado”.

Esa modalidad permite que cuando el BCE suba sus tipos, tu depósito “reaccione”, aunque el margen restante depende de la fórmula que use cada entidad.

Ventajas, inconvenientes y alternativas reales hoy

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