Durante estos días se está disputando en Nueva York una nueva edición del US Open, el último Grand Slam de la temporada. En él se dan cita los mejores tenistas del circuito mundial, entre ellos Rafa Nadal, Novak Djokovic, Roger Federer o Andy Murray. Un evento que, desde el punto de vista económico, es una auténtica mina de oro para la United State Tennis Association (USTA), la entidad que rige el deporte de la raqueta en el país norteamericano y que tiene a su cargo la organización del torneo.
Porque aunque muchos puedan pensar que es la Super Bowl el espectáculo que más dividendos económicos reporta al deporte norteamericano, nada más lejos de la realidad. Se estima que este US Open 2013 le generará a Manhattan un impacto económico de 720 millones de dólares durante las dos semanas que dura la competición. La Super Bowl, prevista para finales de enero del 2014, ronda los 420 millones de dólares en ganancias.
Alrededor del torneo hay todo un consumo desenfrenado en los stands de ropa y los patios de comida. A su vez, la industria hotelera de Nueva York y los alrededores recibe un aluvión de turistas. El 16% de la capacidad de los hoteles de la ciudad se destina precisamente durante estas dos semanas al US Open y todo lo que gira a su alrededor. También se llevan un buen trozo de esta tarta económica los restaurantes y espectáculos teatrales.
La Arthur Ashe, la cancha principal del Centro Nacional Billie Jean King, sede del Abierto de Estados Unidos, tiene capacidad para 24.000 personas y cuenta con 90 palcos de lujo, cinco restaurantes, consultorios médicos y hasta dos niveles destinados para salas de los jugadores y oficinas para la ATP, WTA y otros servicios para el público. Un complejo realmente gigantesco (incluso con techo retráctil en caso de lluvia) que durante este tiempo es el centro del tenis mundial.
Descontando las ganancias de los vencedores (en el apartado masculino 2,6 millones de dólares para el ganador) los organizadores se quedan con un total de 70 millones de dólares, apenas un 10% de todo el impacto económico que genera durante dos semanas el US Open. Un dinero que se destina para el desarrollo de tenistas en Estados Unidos.
Como veis, desde el punto de vista económico el US Open es como una gallina de los huevos de oro, pero con una raqueta en la mano.