Con el aumento de las preocupaciones sobre la inflación y todos los ojos puestos en cualquier medida potencial para sofocar el aumento de los costos, se ha hablado mucho sobre la flexibilización cuantitativa. ¿Está bien? ¿Es malo? ¿Funciona?
El Comité de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) anunció previamente planes para terminar su ciclo de flexibilización cuantitativa, provocando temblores en el mundo inversor a finales del año pasado. Pero antes de que podamos siquiera intentar responder a cualquiera de estas preguntas o examinar el anuncio de la SEC, hay una pregunta mucho más importante a la mano…
¿Qué es exactamente la expansión cuantitativa?
La flexibilización cuantitativa es una política utilizada por los gobiernos para crear más dinero disponible dentro de la economía. Lo hace haciendo que un banco central compre cantidades predeterminadas de valores a largo plazo, como bonos o acciones.
El proceso generalmente se usa para impulsar el gasto en una economía después de un período de turbulencia económica o recesión. La inyección de efectivo en el sistema a través de bonos sirve para reducir el rendimiento de los bonos: el número de intereses que obtienen los tenedores de estos bonos.
Esta bajada de intereses acaba repercutiendo en los préstamos a hogares y empresas. Con tasas de interés más bajas, los consumidores tienen más dinero discrecional para gastar, lo que resulta en un impulso para la economía en general. Los bancos también pueden prestar con términos más fáciles, creando aún más efectivo disponible.
¿Por qué es importante?
La flexibilización cuantitativa es una herramienta muy poderosa para ayudar a las economías a recuperarse después de un colapso. Ha sido utilizado con gran eficacia por casi todos los principales bancos[…]Leer noticia completa en la fuente original