No es ningun secreto que la basura es una fuente de dinero incalculable. Y todo gracias al reciclado. Mucha de la basura que generamos puede ser fácilmente reciclada y vuelta a utilizar, en lo que es una forma de conseguir materias primas industriales a bajo costo.
Pero el negocio de la basura del futuro va mucho más allá. Un ejemplo de ello es lo que sucede en Japón, pionero -cuando no!- de la llamada Minería Urbana.
¿Que es la minería urbana? Antes de explicar el concepto, es bueno que conozca un poco el contexto. Muchas de las tecnologías de punta utilizan minerales diversos, entre los que se encuentran las «tierras raras». Las tierras raras son un grupo de 17 elementos naturales utilizados en industrias que van desde autos, teléfonos móviles y computadoras hasta armas avanzadas. Estos materiales -entre los que se destacan el escandio, el itrio y los lantánidos- tienen propiedades físicas y químicas que mejoran la performance de discos duros, convertidores catalíticos, magnetos y lasers.
El precio de estos elementos -no tan raros como su nombre lo indica- se encuentra sujeta a los caprichos de China. Sucede que China es dueña del 97% de la producción y del 37% de las reservas de las tierras raras, y hace unos meses se habla de la posibilidad que China restrinja las exportaciones de estos elementos.
En este contexto, Japón es altamente dependiente de China para su desarrollo tecnológico, y eso es potencialmente peligroso. Esto ha llevado a las empresas japonesas a buscar alternativas, y una de ellas es mirar en la basura.
Si, Japón es uno de los paises con mayor basura tecnológica del mundo, y en base a ello, la nueva minería urbana hace punta en el país nipón.
Literalmente, Japón ha encontrado oro en su basura. O mejor dicho, algo mucho más valioso que el oro. Son las tierras raras que se descartan junto con teléfonos móviles, ordenadores y otros artefactos electrónicos usados.
Según el New York Times, se han construído varias plantas de reciclado, con hornos de hasta 70 metros de altura, que convierte las piezas de artefactos electrónicos de descarte en una mezcla líquida de la cual se extraen no solo las tierras raras, sino otros minerales y metales valiosos.
Japón, de esta manera, se ha convertido en importador de basura tecnológica, por ejemplo de Estados Unidos y otros países, que la utiliza para conseguir los metales y minerales que necesitan sus industrias. Así, los tesoros que tienen la basura incluyen, además del oro, metales raros como indio -se utiliza en la fabricación de pantallas de cristal líquido-, el antimonio -se usa para las obleas de sílice para semiconductores-, el disprosio -se usa en la industria del laser- y el neodimio -fundamental para la fabricación de las baterías para motores electricos.
La pregunta es: ¿cuantos minerales pueden reciclar? Considerando la gran cantidad de basura electrónica que genera Japón, los organismos estatales han llegado a la conclusión que todos los aparatos electrónicos usados contienen aproximadamente unas 300.000 toneladas de tierras raras.
Esta cantidad, si bien es pequeño si se la compara con las reservas de China, puede ayudar a Japón a reducir su dependencia del gigante, en unos momentos donde se habla de las restricciones de exportaciones chinas al resto del mundo.
Sin duda, la basura es dinero…