Hay inversiones para todos los gustos pero algunas de ellas son de lo más insospechadas. Un buen ejemplo es el creciente auge de las alfombras antiguas, cuyo precio se ha disparado en las últimas semanas. Está claro que para quienes buscan inversiones alternativas están ante un mercado muy diferente al financiero y que, de hecho, tiene incluso más que ver con la inversión en arte que con cualquier otra cosa.
Según explica un artículo de The Wall Street Journal, este resurgimiento viene de lejos. Los bienes de lujo fueron unos de los primeros en sufrir la crisis y es ahora cuando comienzan a recuperar. El diario cuenta que una alfombra azul con motivos de hojas de árbol de la era dorada del Irán del siglo XVII se vendió recientemente en la casa de subastas Christie’s por 9,6 millones de dólares, 20 veces más que el precio inicial, y el precio más alto que jamás se haya pagado por una alfombra. Varios meses antes, Sotheby’s vendió una alfombra de fines del siglo XVI por 4,3 millones de dólares, el mismo precio que una de las mejores esculturas de Alexander Calder.
Hasta hace diez años las alfombras orientales que eran requeridas por sultanes otomanes, nobles europeos y estadounidenses adinerados de fines del siglo XIX, rara vez superaban los 2 millones de dólares. Ahora, estas alfombras de siglos de antigüedad provenientes de Turquía, Irán y el Cáucaso se venden por sumas similares a las grandes obras de arte, algo impensado hasta hace un tiempo.
Pero ¿qué ha sucedido para que se eleven estos precios? La aparición de un grupo coleccionistas globales e instituciones y la inauguración de nuevos museos en todo Medio Oriente y Europa inflan los precios. Los compradores de arte contemporáneo, desde Singapur hasta Silicon Valley, incorporan alfombras antiguas para complementar sus obras de arte abstractas y geométricas que decoran sus paredes.
Los especialistas explican que las alfombras suelen ser clasificadas por las circunstancias en las que fueron fabricadas, es decir tejidas a mano por nómadas de una tribu, por artesanos de una aldea o ciudad, o en telares en un taller real y los precios tienden a subir en función de un criterio similar. Las que fueron tejidas por tribus o en aldeas son menos costosas, con precios que van desde los 2.500 a los 300.000 dólares
Las alfombras cortesanas de Persia tejidas en talleres reales durante los siglos XV y XVI y que tienen diseños en colores pastel con motivos botánicos son especialmente populares entre los coleccionistas de arte impresionista, y sus precios se han elevado hasta alcanzar los millones.
Actualmente, las mejores alfombras antiguas se venden más como obras de arte que como piezas de decoración, por lo cual los corredores de alfombras de alta categoría, descartan el sistema minorista de fijar los precios por metro cuadrado, sino de atender cada pieza en particular.
Los conocedores del mercado, explican características a tener en cuenta a la hora de comprar una alfombra antigua:
- Edad: Cuanto más antigua sea la alfombra mayor será su valor, además se vuelven más maleables con el tiempo.
- Color: El factor clave es determinar si está tejida con tintes naturales o sintéticos. Los naturales son mucho más caros. Para darse cuenta, debe observarse que la superficie no sea más clara que sus raíces, si se aclara, quiere decir que el tinte no es natural.
- Condición: Los tejedores de antaño usaban principalmente lana. Los tapetes más costosos suelen lucir lustrosos y tener fibras sedosas. Pase la mano por encima de la alfomba para comprobar la uniformidad del pelaje. Secciones con bultos o partes desgastadas reducirán su valor.
- Tejido: Los agentes de ventas pueden presumir del número de puntos por centímetro cuadrado, pero algunas alfombras caucásicas no tenían muchos y aún así son muy cotizadas.
- Diseño: Los símbolos tejidos aportan claves sobre su procedencia.
Ahora sólo hace falta que piense en las alfombras de su casa. Quien sabe si cuenta con un tesoro sin ser consciente de ello.
Imagen – jbolles