El arte de la mentira

No es tiempo de parodia, ni de gestos grandilocuentes. Es tiempo de ponerse a trabajar, y muy en serio. La credibilidad de Zapatero está en mínimos, como indica el PIB y su gráfica, pero no debemos consentir que la credibilidad del país vaya por los mismos derroteros. Ya nadie le cree, ni nadie confía. Y ésto es grave, porque la confianza es la base de la prosperidad y también del arreglo.

No se trata de lo que hay que hacer, sino de hacerlo. La irresponsabilidad de haber perdido la oportunidad de ir al ritmo europeo tiene que dar paso a medidas urgentes y drásticas, y que la paz social no nos lleve a la más absoluta ruina. La reforma del mercado de trabajo urge de manera prioritaria, el ahorro en el gasto publico y su racionalización y ser consecuente con el grave deterioro de nuestro sistema productivo , de nuestra competitividad y dejarse de manifestaciones grandilocuentes. Ya está bien. El próximo 23 de febrero los sindicatos ( nunca he visto que sirvan para nada) convocan manifestaciones por tener que jubilarnos a los 67. Oigan, sean serios. El retraso en la edad de jubilación deberia haberse planteado hace muchos años por muchos motivos, entre los que se encuentra el lógico sentido común, pero a cambio el gobierno de turno tendría que haber planteado una serie de ventajas para ello. Ahora no es tiempo, porque no se pueden aplicar ventajas porque no existen fondos para ello, pero es un ajuste necesario, por mas que nos pese a muchos

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