Reconocimiento facial para transacciones más seguras, ahora en el MAB

Encender el coche sin llaves, a través del rostro, aprobar una transacción financiera sin clave de acceso, sólo con poner nuestra cara delante del ordenador. Así es el futuro no tan lejano que dibuja FacePhi. La compañía se estrena en el Mercado Alternativo Bursácil (MAB) y lo hace a un precio de 1,23 euros por acción.

Javier Mira,vicepresidente de FacePhi, explica que la tecnología ya está creada y disponible. De hecho, la compañía ya cuenta con varios proyectos piloto con entidades financieras en Latinoamérica, su mercado objetivo teniendo en cuenta el nivel de inseguridad en las transacciones dentro del continente. Desde un punto de vista práctico, la implantación de la biometría en este campo supondrá que cualquier persona podrá cerrar una transacción electrónica sin necesidad de pasword.
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Según los datos de la consultora MarketsandMarkets, los métodos de reconocimiento facial moverán cerca de 5.000 millones de euros anuales en 2018 con un ritmo de crecimiento anual del 45%. Por suparte, Goode Intelligencecifra en 5.500 millones el número de usuarios móviles que en un plazo de cinco años utilizarán algún tipo de tecnología biométrica para acceder a diferentes servicios.

En la actualidad FacePhi ya colabora en un proyecto para un importante edificio de oficinas donde sus más de 3.000 trabajadores acceden a sus puestos sin más acreditación que su cara y está desarrollando otros para sustituir el uso de los tradicionales pin y password en las transacciones electrónicas. De hecho, el sector financiero es su principal cliente, aunque también trabaja en otros ámbitos.

En este sentido, está desarrollando un sistema de encendido de coche a partir del rostro del conductor. De esta forma, el vehículo será capaz de detectar quien trata de ponerlo marcha y, en función de eso, ofrecer una configuración personalizada. Posicición del asiento, del volante y, por supuesto, música, serían elementos que se podrían customizar<

¿Cómo se mide el rostro?

FacePhi no almacena actualmente las caras de los usuarios, sino que a través de un algoritmo de biometría crea un patrón facial que es lo que viaja a través de la red. Después, este algoritmo se puede utilizar para dar soporte a diferentes soluciones. Abrir un coche, hacer una transacción financiera, abrir la puerta de casa, acceder a determinados canales de televisión… Las opciones aquí son casi infinitas.
Martí explica que aquí existen distintas calidades en función del objetivo. “Se puede diferenciar a dos gemelos si quisiésemos. Sólo es cuestión de poner la seguridad al máximo para que, en caso de duda, la tecnología no deje pasar. Sin embargo, si buscamos encontrar a un sospechoso lo quenos interesará será que la coincidencia no sea tan exacta sino más general”, precisa.

La salida a Bolsa

La principal es por el prestigio y la visibilidad de ser una cotizada. Cuando viajas por Estados Unidos y presentas la empresa el hecho de cotizar, ser una empresa pública, nos abre michas puertas” recalca Martí. Esto no quiere decir que no busquen el apoyo del dinero que esperan captar con esta salida a Bolsa.
FacePhi pondrá a disposición de los inversores cerca de un 15% de su capital, ya que los principales accionistas tienen un LockUp de un año sobre un 85% de las acciones. El precio de 1,23 por acción, lo que supone valorar la compañía en 12,2 millones de euros, pues está compuesta por la venta diez millones de títulos. La demanda antes de la apertura ha sido tan alta que la cotización de FacePhi saldrá con una revalorización del 100%.
El negocio de la compañía se centra en la venta de licencias tecnológicas, aunque ahora mismo está enfocado de forma exclusiva en el desarrollo de algoritmos. Como precisa el vicepresidente de FacePhi, “nosotros hacemos el motor del coche, no lo fabricamos”. Es decir, dejan en manos de sus clientes el uso que quieran darle a la tecnología, aunque también preveen llegar a un acuerdo para comprar o aliarse con un desarrollador y hacer así sus propios productos.

Actualmente cada licencia tiene un coste aproximado de 120.000 euros por país, de forma que si una entidad quiere trabajar en varios destinos, ese sería el capital a pagar por la implantación y uso de la tecnología en cada uno de ellos.

Con presencia en América Latina y también en España, tratan ahora de entrar en Estados Unidos, para lo que la salida al MAB será de gran ayuda. De hecho, la elección de Latinoamérica como destino se debe no sólo a las posibilidades de expansión en el mercado sino también a que “en España, vender tecnología de Alicante es como vender turrón en Estados Unidos. Hacía falta un caso de éxito y ahora que lo tenemos ya está en proceso”.

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